Mi historia
Desde el momento en que mis manos tocaron mi primer kit de avión a los 12 años, supe que el aeromodelismo se convertiría en algo más que un simple pasatiempo. Fue un regalo de mi padre, unos pequeños aviones de madera que apenas volaban unos metros, pero que encendieron en mí una llama de pasión y determinación.
A pesar de tener varios primeros fracasos, no dejé que me desanimaran. Al contrario, me impulsaron a soñar con el vuelo circular y el radiocontrol. Aprendí, practiqué y crecí, hasta que mi novia me regaló mi primer kit de radiocontrol y mi padre me compró mi primera emisora, la FUTABA Attack 4. Ese fue el comienzo de un viaje que me llevó a través de la educación, el trabajo y, finalmente, hasta la creación de mi propio negocio.